El torero Fran Rivera abre por primera vez las puertas de su casa familiar de Ronda (Málaga) para hablar sin tapujos de todos los temas que han marcado su vida en la próxima entrega de ‘Mi casa es la tuya’. Sus comienzos en la profesión, la trágica muerte de su padre, el fatal camino que condujo a su madre al fallecimiento, la relación con sus hermanos, su vida junto a sus hijas y su mujer… Fran analiza todo con ayuda de Bertín Osborne y de las esposas de ambos, Lourdes y Fabiola, que también están presentes en el programa.
No es una casa cualquiera. En ella vivió el mismísimo Orson Welles, amigo de la familia, y en ella están también sus cenizas, además de un sinfín de fotos que narran la historia de la familia de Fran. El diestro cuenta cómo fueron sus comienzos en la profesión, desde el momento en que le comunicó a su abuelo que quería “intentar ser torero” hasta su último mal trago en Huesca, donde sufrió una importante cornada.
Fran recuerda cómo vivió con tan solo 10 años la trágica cogida que acabó con la vida de su padre y el doloroso camino que llevó a la muerte a su madre, de quien dice que tenía “un corazón grandísimo”. La relación con sus hijas, Cayetana y Carmen, con su exmujer, Cayetana Martínez de Irujo, y con sus hermanos, Cayetano, Kiko y Julián, son otros de los temas de los que habla Fran en la entrevista. Una familia muy peculiar cuyos problemas “se hablan en televisión”, algo que Fran no ha llevado bien y que le ha hecho mucho daño, tal como reconoce en la charla.
Para ayudar a profundizar en su vida, el programa cuenta también con las intervenciones de su entorno más íntimo: desde el cirujano que lo trató de su cornada, hasta su cuñada y su amigo José Manuel Soto.
Fran y Bertín recorren las estancias de la vivienda y descubren juntos las fotografías de su madre, su abuelo, su bisabuelo y de personalidades como Ernest Hemingway. Pero además cocinan juntos unos huevos con patatas para lo que Bertín tendrá que llevar la voz cantante, puesto que Fran reconoce no ser nada desenvuelto en la cocina. De hecho, es la primera vez que el torero entra en la cocina, se enfunda un delantal y pela una patata.
Ya en la comida, las dos parejas recuerdan cómo se conocieron Fran y Lourdes, la original pedida de mano en la azotea de la casa de ella, rodeados de máquinas de aire acondicionado y ropa tendida; y su boda, que se celebró en la casa de Ronda.